viernes, 20 de noviembre de 2009

Sin voz

En el grito ahogado

del sin voz,

con su miseria

a cuestas,

su carton

mojado

por el llanto,

el poderoso

silente mira

al costado,

sordo su oido

al reclamo,

como dos

hermanos,

por siempre,

pobreza y escarnio

van de la mano.

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El dia que me toque partir lo hare con una sonrisa, satisfecho de haber vivido.