Era una niña de ojos grandes como lunas, con la sonrisa suave del amanecer. Huérfana siempre desde que ella recordara, se había asociado a un acróbata con el que recorría, de aquí para allá, los pueblos hospitalarios de la India. Ambos se habían especializado en un número circense que consistía en que la niña trepaba por un largo palo que el hombre sostenía sobre sus hombros. La prueba no estaba ni mucho menos exenta de riesgos.
Por eso, el hombre le indicó a la niña:
--Amiguita, para evitar que pueda ocurrirnos un accidente, lo mejor será que, mientras hacemos nuestro número, yo me ocupe de lo que tú estás haciendo y tú de lo que estoy haciendo yo.
De ese modo no correremos peligro, pequeña.
Pero la niña, clavando sus ojos enormes y expresivos en los de su compañero, replicó:
--No, Babu, eso no es lo acertado. Yo me ocuparé de mí y tú te ocuparás de ti, y así, estando cada uno muy pendiente de lo que uno mismo hace, evitaremos cualquier accidente.
Permanece vigilante de ti y libra tus propias batallas en lugar de intervenir en las de otros. Atento de ti mismo, así avanzarás seguro por la vía hacia la Liberación definitiva.
Cuento popular Hindu
Tinta Roja
Curioso cuento, da que pensar.
ResponderEliminarUn saludo!
Esos cuentos y proverbios de oriente siempre apuntan asuntos del ser, a veces impensables. Lo que no me ha gustado es la pésima copia que de esta literatura oriental hacen los libros de superación personal -Malísimos!. Feliz Semana.
ResponderEliminarMMMMMMMMMMM para quedar reflexcionando amigo mio,un abrazo.
ResponderEliminarMe parece lógico y de palabras interesantes, traduce una metáfora que debería ser aplicar en aquellas personas que viven a través de los demás.
ResponderEliminarUn saludo.
" Permanece vigilante de ti y libra tus propias batallas en lugar de intervenir en las de otros. Atento de ti mismo, así avanzarás seguro por la vía hacia la Liberación definitiva." excelente final, digno de un excelente comienzo... un gran saludo =)
ResponderEliminarPrecioso cuento hindú, para mi la niña lleva toda la rzñon querido TR, cada uno hemos de ocuparnos de nuestra propia vida, aprender de los errores cometidos para no volver a tropezar, crecer en una palabra, entonces podremos comprender a los demás, pero no vivir su vida ni inmiscuirnos en ella, salvo q te comenten algo y te pidan una opinión. Un fuerte abrazo. Uru.
ResponderEliminarBello TR,muy bello,pensé que te había comentado!!!!jajajaja,Ambar está con el viejazo encima!!!jajajajaja.
ResponderEliminarYo soy yo,tu eres tú,dijo por ahí Don Fritz Perlz,creador de la Gestald.
Besos.
Ambar...
Una pena que eso no se cumpla, en ocasiones, dentro de un coche (Es la primera situación que he recordado), aveces algunos pierden la batalla y arrastran a los demás hacia su derrota.
ResponderEliminarNo concuerdo con el individualismo absoluto. Tampoco con la ciega entrega a los demás. Creo que en el término medio está la armonía porque cuidar de los otros es cuidar de uno y cuidar de uno es cuidar de los otros.
ResponderEliminarAbrazos, TR.
PABLO GONZ